El penúltimo programa de MasterChef Profesionales tuvo una semifinal muy reñida donde Esteban, Carlos y Marcelo se enfrentaron para conseguir un lugar -junto con Carolina- en la gran final.
La prueba fue una de las más difíciles hasta el momento y estuvo inspirada en cada uno de ellos.
Cuando levantaron sus cajas misteriosas, encontraron un objeto que les pareció desconcertante: un espejo. Sin embargo, estos espejos adquirieron significado cuando el jurado anunció la consigna: bucear en su interior y preparar un plato que reflejara la identidad de cada uno, basándose en tres pilares fundamentales en para un chef profesional, la creatividad, la técnica y la pasión.
A pesar de los nervios que mostraron los tres semifinalistas, lograron culminar el desafío y presentar sus platos al jurado. Marcelo presentó capeletones de masa de tomillo rellenos de bondiola braseada con crema de calabaza ahumada e hinojo, cebolla morada y zest de lima. Si bien era una buena idea, algunos errores del plato hicieron que Marcelo abandonara la competencia.
La emoción se apoderó de la cocina luego de despedir a Marcelo, una gran compañero y cocinero que demostró a lo largo de toda la competencia su pasión por la cocina, su humildad y sencillez.
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