El 6º programa de MasterChef Profesionales tuvo baile, invitados de honor, una clase magistral, momentos divertidos, tensión, ¡y como siempre muchísima emoción!
Los 14 cocineros que seguían en la competencia debieron enfrentar un nuevo desafío en equipos, esta vez en Auditorio Nacional del Sodre Dra. Adela Reta, un espacio referente para la cultura nacional, que recibe a grandes artistas nacionales e internacionales.
En una de las salas del Auditorio, los participantes conocieron a sus comensales y hasta bailaron con ellos, ¡ya que iban a cocinar nada más y nada menos que para los integrantes del Ballet Nacional del Sodre!
Mariana y Marcelo, que hicieron los mejores platos del programa anterior, tuvieron el privilegio de ser capitanes. Pero había un pequeño detalle, los capitanes no elegirían a sus equipos, sino que cada uno elegiría a los integrantes del equipo contrario.
El desafío no era sencillo y como sus comensales eran bailarines, deberían pensar en un concepto de comida liviana y delicada con el famoso finger food -que trata de sintetizar la complejidad de los sabores de un plato en un bocado individual-. En 75 minutos, los dos equipos tenían que preparar 3 bocados -uno frío, uno caliente y uno dulce- para 30 comensales.
Una vez terminado el tiempo, los exigentes comensales probaron los bocados y votaron sus favoritos. Los participantes del equipo perdedor pasaron automáticamente a la prueba de eliminación.
Ya en la cocina de de MasterChef Profesionales, con mucho suspenso y nerviosismo, los participantes recibieron una enorme sorpresa: de la mano de BBVA Uruguay los cocineros contarían con la ayuda del Chef Patissier Osvaldo Gross, elegido como el mejor chef pastelero de latinoamérica. Al enterarse, los participantes apenas pudieron contener la emoción; además, como si esto fuera poco, el chef les dio una clase magistral de la difícil técnica Mirror Glaze.
Los cocineros tuvieron 75 minutos para preparar tres mini gateâu utilizando la técnica del mirror gla z e -enseñada por Osvaldo en la clase magistral- con rellenos originales, sofisticados y terminaciones impecables, para lograr seguir en la competencia.
El jurado, cada vez más exigente, fue dando las devoluciones uno a uno a todos los participantes. Finalmente, uno de los competidores más queridos debió abandonar la competencia, en uno de los momentos más emocionantes de la noche.
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