El 12º programa de MasterChef Uruguay tuvo viejos conocidos, pruebas muy difíciles y un eliminado inesperado.

Cuando los nueve participantes que quedaban en carrera ingresaron a la cocina, no se imaginaban lo que les esperaba, aunque veían que algo "diferente" estaba por suceder. Sin muchos preámbulos, el jurado hizo pasar a “unos viejos conocidos”: Lourdes, Ana María, Nicolás, Víctor y Mercedes, ¡exparticipantes de la primera temporada de MasterChef Uruguay! La sorpresa de los aspirantes fue mayúscula, y mucho más cuando se enteraron que ellos serían los agasajados con lo que cocinaran, pero también los responsables de evaluar esos platos.

Cada uno de los invitados traía una bolsa con un ingrediente sorpresa, que de alguna manera fue significativo para ellos durante la competencia. Luciana, por haber hecho el mejor plato en la prueba de eliminación del programa anterior, fue la única que pudo elegir qué bolsa quería, aun sin saber qué contenía. Uno a uno, el resto de los invitados fue eligiendo dos participantes que tendrían que cocinar con el mismo ingrediente, compitiendo entre ellos por un lugar en el balcón. Para Luciana, en cambio, la consigna fue competir contra ella misma, pensando y realizando un plato perfecto para convencer al jurado. Durante 60 minutos, en un clima distendido por momentos y bajo mucha tensión sobre el final, las preparaciones fueron terminadas y presentadas. Finalmente, los invitados dieron sus veredictos sobre los platos preparados con su ingrediente sorpresa y el jurado sobre el de Luciana.

Cinco participantes pasaron a la prueba de eliminación y allí se enfrentaron a un desafío con cajas misteriosas. Dentro de ellas había tofu, puerro, tomates cherry, calabacín, acelga, zanahoria, papas, brócoli, hojas verdes, lentejas peladas, champiñones, maní, masa de pasta cruda, dientes de ajo. La consigna: preparar por lo menos tres platos vegetarianos utilizando esos productos y con cero desperdicio, demostrando que podían hacer rendir al máximo esos ingredientes. Nada, ni una hoja, ni una semilla podía tirarse a los contenedores de residuos que, dicho sea de paso, fueron sellados, uno por uno, por Laurent. Sin duda alguna, se trató de uno de los desafíos más difíciles hasta ahora y puso en aprietos tanto a los participantes como al jurado, ya que la decisión final no fue sencilla.

Una vez evaluados los platos, el jurado decidió que uno de los participantes más carismáticos y queridos por sus compañeros se transformara en el 10º eliminado de la competencia, en una de las instancias más emotivas del ciclo.

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