La consigna de la prueba de eliminación del décimo programa generó desconcierto entre los cocineros ya que proponía cocinar con despojos, también conocidos como vísceras. Los participantes tuvieron que elegir una cada uno, y sin la posibilidad de repetirse, entre crestas de gallo, sesos de cordero, hígado de conejo, huevas de pescado y criadillas o huevos de toro.

Cuando llegó el turno de Esteban, sólo quedaba la cresta de gallo o huevas de pescado. El cocinero de 39 años nunca había cocinado con este particular ingrediente, pero se animó a elegirla corriendo un gran riesgo. Finalmente, su elección y tomar dicho riesgo le jugó a favor, ya que su plato lo llevó directo al balcón.

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