El sexto programa de MasterChef Uruguay fue muy especial para Sandra. En el desafío de las cajas misteriosas se emocionó hasta las lágrimas al ver la foto de su familia. Sandra preparó corvina en salsa de azafrán y papas con rustrido, siguiendo la receta gallega que acostumbraba a preparar su papá.

Durante la prueba, la docente de 43 años, se mostró distendida y feliz. Su plato la llevó, por primera vez, a subir al balcón y no tener que enfrentar la prueba de eliminación. La devolución del jurado fue muy positiva y su plato estuvo entre los tres mejores de la prueba.

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